Construcción circular
La economía mundial ha crecido a niveles sin precedentes, con un PIB global que supera los 94 billones de dólares. Para que esto funcione para las personas y el planeta, tenemos que cambiar la forma de hacer las cosas: pasar de una economía lineal, definida como "tomar-hacer-residuos", a una economía circular, de "reducir-reutilizar-reciclar".
Pasar de la economía lineal a la circular
El cambio a una economía circular es la oportunidad de negocio de nuestro tiempo, porque fortalece las economías locales y las cadenas de suministro, de forma que es:
Socialmente inclusiva
Al desarrollar nuevos puestos de trabajo y modelos de negocio. Por ejemplo, se calcula que cada 10.000 toneladas de residuos que se reciclan se pueden crear más de 100 puestos de trabajo, mientras que la economía de reparación y alquiler podría generar un número exponencialmente mayor.
Respetuoso con el clima
En consonancia con la urgencia de nuestro mundo de mantener el calentamiento global dentro de 1,5°C, alcanzar una tasa de reciclaje de materiales del 85% en toda nuestra economía reduciría las emisiones de CO2 en hasta 50.000 millones de toneladas, el equivalente a retirar 10.000 millones de coches de nuestras autopistas.
Naturaleza positiva
Con modelos empresariales regenerativos, que sustituirán cada vez más los recursos extraídos de la naturaleza por materiales reciclados, preservando así la biodiversidad y reduciendo el uso del agua.
La construcción tiene un papel clave para liderar este cambio
Con un mundo que construye el equivalente a la ciudad de Nueva York cada mes, impulsado por el aumento de la población y la urbanización, la construcción circular es la única forma de recrear un mundo que funcione para las personas y el planeta.
La circularidad es la oportunidad de nuestro tiempo. Desbloquea el crecimiento económico de forma respetuosa con el clima, positiva para la naturaleza y socialmente inclusiva.
En Holcim, estamos a la vanguardia del cambio hacia la construcción circular con un enfoque en tres áreas:
Somos líderes mundiales en reciclaje. En 2021, reciclamos más de 50 millones de toneladas de materiales en toda nuestra empresa, y estamos en camino de duplicar dicha cifra hasta alcanzar los 100 millones de toneladas en 2030, como parte de nuestra hoja de ruta de cero emisiones netas.
La minería urbana es una prioridad clave de este viaje. Esto significa reciclar los residuos de construcción y demolición (CDW), para convertirlos en soluciones de construcción ecológica. El objetivo es llegar a reciclar al menos 10 millones de toneladas de CDW en 2025, para construir más edificios nuevos a partir de los viejos.
Como el hormigón es infinitamente reciclable, al igual que el vidrio, estamos creando la capacidad de reciclar el 100% de los CDW de dicho material con tecnologías y sistemas propios. Nuestras innovaciones van desde tecnologías avanzadas de trituración para extraer los materiales de mayor calidad y garantizar una separación limpia de los recursos, hasta centros de reciclaje inteligentes, para recoger, clasificar y desplegar los materiales, pasando por tecnologías digitales, para mapear y gestionar los flujos de materiales de forma eficiente.
Dentro de nuestra gama de cemento ecológico, ECOPlanet, ofrecemos el primer producto del mundo con un 20% de CDW reciclados en su interior; y esto es sólo el principio.
Ampliamos constantemente nuestra gama de soluciones de construcción inteligente para reparar, reformar y renovar edificios, desde la cubierta y la impermeabilización hasta los sistemas de aislamiento, haciéndolos más inteligentes y eficientes energéticamente.
Nuestros sistemas de impermeabilizantes abarcan tanto las aplicaciones residenciales como las comerciales y permiten una serie de sistemas, que van desde las ecológicas y de refrigeración hasta las solares. Otro ejemplo es nuestro sistema de aislamiento Airium, que aumenta la eficiencia energética de un edificio y prolonga su vida útil. Al ser una espuma mineral, es totalmente reciclable y circular.
Un ejemplo reciente es un innovador sistema de suelo ligero, que hemos desarrollado en colaboración con la Escuela Politécnica Federal de Suiza (ETH), y que tiene una huella de carbono un 80% menor que las estructuras tradicionales.
Con su diseño inteligente, utiliza un 50% menos de materiales, sin refuerzos de acero en su interior, lo que facilita su reciclaje al final de su uso con una separación limpia de los materiales.
Ha sido posible gracias al hormigón ecológico ECOPact de Holcim, que puede contener hasta un 95% de materias primas recicladas en su interior.
Con el aumento actual de la población y la urbanización, se espera construir 10.000 millones de metros cuadrados de suelos cada año, para albergar a más de 2.000 millones de personas más en las ciudades al 2050. Estos sistemas circulares pueden marcar la diferencia.
Las ciudades son los catalizadores
Las ciudades están en primera línea para liderar el cambio de una economía lineal a una circular. Avanzan rápidamente en esta agenda, porque están creciendo. Se espera que el 70% de la población mundial viva en ciudades en 2050, lo que significa 2.500 millones más de personas.
Las ciudades tienen la masa crítica para marcar la diferencia, porque es donde se está construyendo el mundo con un amplio acceso a los materiales reciclados.
La única manera de que las ciudades crezcan sin sobrepasar los límites de nuestro planeta es que se vuelvan más circulares, es decir, que se alimenten de energías renovables, que estén conectadas por una movilidad ecológica y que alberguen tanto edificios inteligentes como ecosistemas naturales.
Queremos profundizar nuestra comprensión de lo que hace que una ciudad sea circular: qué palancas están en juego, qué funciona mejor y puede reproducirse, y qué tipo de cuellos de botella hay en el camino.
Si comprendemos mejor el tejido de una ciudad circular, podremos potenciar una vida más circular, de modo que todos podamos desempeñar nuestro papel.
La construcción circular se está llevando a cabo de muchas maneras. Es posible avanzar más rápidamente si nos asociamos con toda la cadena de valor y con los sectores público-privado.
Dada la complejidad de este cambio, ninguna organización puede lograrlo sola. Todos y todas tenemos un papel que desempeñar:
- Las autoridades públicas pueden desarrollar normas y reglamentos de construcción para hacer obligatorio el reciclaje de materiales.
- Los/as propietarios/as de edificios y los/as promotores/as de infraestructuras pueden poner a trabajar sus adquisiciones para especificar más materiales reciclados.
- Las empresas pueden innovar para desarrollar nuevas tecnologías, desde el reciclaje hasta la gestión digital de materiales.